jueves, 9 de abril de 2015

LA NOVELA


Tengo el pelo rubio y bastante corto, soy alta y delgada, se me da bien manejar armas, soy policía, bueno era, lo he dejado. Yo era buena, pero la idea de esto se me ocurrió un día que iba a ser de los más tranquilos...

Hace unos 3 o 4 meses estaba yo tan tranquila, sentada en el sofá de mi casa, en mi día libre, cuando de rrepente me llamaron de la comisaria. Un asesino que se había escapado hacía dos noches había matado a tres personas en una casa.

Me levanté, me cambié y me fui volando. Por el camino recogí a Gonzalo, mi fiel compañero, que bueno, él, ya no está con nosotros. Una vez allí cogimos nuestras pistolas, y fuimos a el escenario del crimen. Cuando llegamos estaba ya todo el equipo, los cadaveres tenían dos tiros en el cuerpo y otro en la cabeza.

Cuando se los llevaron nos quedamos Gonzalo y yo, para intentar encontrar alguna pista. Por un momento pensé que habia escuchado un ruido, pero luego vi a Gonzalo buscando en los cajones y supuse que era él. Despues se oyó apretar una granada, seguida de una explosión. Gonzalo me tiró al suelo y me cubrió de las quemaduras. Vinieron policías, bomberos, enfermeros... Desperté en la camilla del hospital un poco cansada, ahí me estaban esperando mis padres, mi hermana y mi novio. Pregunté por gonzalo, pero me dijeron que las quemaduras eran muy graves y no había sobrevivido, me sentí la peor persona del mundo, porque había muerto por protegerme.

1 comentario:

  1. Muy bien, Sofía, aunque para ser el planteamiento de una novela le has dado un final muy contundente.

    ResponderEliminar